Quien acaba de dar el pasado fin de semana una exhibición de antivalores es el peroteño Memo Franco, quien sin ningún pudor se apareció en el 93 aniversario del PRI, donde incluso fue cobijado por otro grupo de tricolores que son igual de pillos que él.
Y es que el año pasado a Guillermo Franco Vázquez le entró la locura por querer gobernar al municipio de Altotonga -sin ser de esa ciudad-, para esta aventura a todos les decía que su abuelita era de ahí y que él amaba al pueblo, sin embargo, los altotonguenses no le creyeron, además, en una reunión le dijeron: “por qué no te vas a Perote, ahí ya fuiste alcalde, cuál es tu interés por Altotonga”.
El sonreía nervioso como diciendo me descubrieron, asimismo, los habitantes de ese lugar sabían de las corruptelas de este sujeto cuando desgobernó siendo edil en Perote, por ello no lo respaldaron en las elecciones.
No obstante, Memo Franco y un grupo de loquitos que lo andaban acelerando para ser postulado por el PRI como Marlon Ramírez, le dijeron: “renuncia al partido, vete por el PRD, ahí te abro la puerta con el teporocho de Cadena, pero ya que llegues hermano me compartes de todo lo que te robes, y él como un chiquillo aceptó ser el candidato del alicaído perderé».
El resultado fue catastrófico, Memo Franco quedó en los últimos lugares de la contienda, ni el equipo de borrachos y mercenarios que lo acompañaban le dieron el voto, solo le sacaron los pocos pesos que le quedaban de la época en que saqueó Perote y Tlalnelhuayocan cuando su novia-amante era la jefa por esos rumbos, en síntesis: hizo el ridículo.
El sábado con la cola entre las patas se apareció en el acto priista, les dijo a sus jefes, a los que lo aventaron al ruedo sin saber que Memo no representa nada en la región de Perote y Altotonga, “ya estoy aquí de nuevo, ojalá me hagan un espacio pues me quiero quitar el estigma de traidor e ingrato”. ¡Aguas con él!