Lo primero para encarar el desafío de Ayotzinapa es tener presente que la escuela Isidro Burgos no es un kínder para párvulos, sino una escuela normal a la que asisten adultos.

El intento de las autoridades de la 4T de librarlos de culpas, ya sea porque están infiltrados por criminales, y no se dan cuentan; o porque los tráileres que usan como armas letales se manejan solos, es una avenida a la impunidad. Un acicate para que ataquen de nuevo en cualquier momento.

Decir que entre los normalistas hay criminales y no emprender una investigación para detenerlos y llevarlos ante un juez es una omisión punible.

Del episodio del tráiler hay docenas de videos y cientos de fotografías para emprender la investigación que arroje resultados de inmediato.

Ya se verá si la decisión es llevar a los responsables ante un juez, o pedirles a sus papás que los regañen.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.