Nos cuentan que el pasatiempo favorito del gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila, ha sido deslindarse de los asuntos que se comprometió a resolver en campaña y cuando asumió funciones. ¿Por qué? Ah, pues es que además de encomendar la seguridad a Dios y al Gobierno de México, al cual también ya le pidió federalizar la nómina de los maestros —quienes no han recibido el pago de una quincena— ahora dejó en manos de cada plantel la decisión de regresar o no a clases presenciales, argumentando una preocupación por el desarrollo social de los menores y, aunque este punto es importante, los zacatecanos ya ven una falta de determinaciones concretas por parte del titular del Ejecutivo estatal, para demostrar que no buscó el cargo sólo para figurar. Uf.   |  Se lee en “Rozones” de La Razón.