Una señal de que la relación política entre España y México no anda nada bien, nos hacen ver, es que el gobierno ibérico aún no ha otorgado su beneplácito para que el exgobernador de Sinaloa Quirino Ordaz pueda representar al gobierno de la autollamada Cuarta Transformación en aquella nación. En el gobierno mexicano consideran que, aunque ha habido un retraso, esto no significa un rechazo y esperan que el beneplácito le sea otorgado al priista Ordaz. Diplomáticos expertos sostienen que la demora es explicable ante las desavenencias que han marcado las relaciones bilaterales en los últimos tres años, pero coinciden en que finalmente el gobierno español aceptará la llegada de don Quirino, cuya última preocupación es que al aceptar el cargo sea expulsado del PRI por trabajar para un gobierno de Morena. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.