* Francisco, migrante mexicano, viajó desde Colorado, Estados Unidos, para estar presente en el último Grito de Independencia del Presidente

Excélsior

La familia de Francisco le obsequió los boletos de avión para viajar de Colorado, Estados Unidos, a la Ciudad de México, y estar presente en el sexto y último Grito de Independencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Francisco y su familia llegaron al Zócalo desde primera hora, tomaron un lugar en la esquina de 20 de noviembre y circuito Plaza de la Constitución.

El migrante mexicano afirma que desde que López Obrador tomó protesta e hizo públicos sus 100 compromisos  pensó que si lograba completar al menos uno sería el mejor presidente de la historia. También reconoce: “duermo, como y me levanto viendo noticias de ‘papá’ Obrador”.

“Sentimental, como le digo a mi esposa, esto no es política, esto es sentimental”, dijo Francisco en el Zócalo donde al anochecer ya decenas de miles de personas se reunían para esperar el último Grito de Independencia lanzado por el tabasqueño.

Un grupo de amigos llegaron desde Guadalajara para estar presentes en el Grito de 2024 en el Zócalo y despedir a López Obrador.

“Muchos no quisieran que fuera el último, pero es la democracia que hay en México”, expuso uno de los visitantes desde Guadalajara que estamparon sus camisetas con la efigie del presidente.

Rubén viene desde Tecatitlán, Jalisco, y confiesa tener “el corazón latiendo fuerte” por estar la noche del 15 en el Zócalo para despedir a López Obrador.

Porfirio y María Teresa llegaron desde Tampico en autobús, dicen estar agradecidos con el tabasqueño. A él le tiembla la voz y le cuesta trabajo no llorar cuando asegura que López Obrador ha hecho muchas obras importantes.

Myriam llegó con 20 familiares y amigos en un autobús alquilado, ella porta orgullosa su camiseta con un logotipo similar al de una |cafetería trasnacional, pero con la imagen del presidente y la frase “Me canso Ganso”. Dice sentir “emoción y tristeza” por esta noche en que López Obrador pronunciará por última vez la arenga  en que mencionará a los héroes de la independencia y quien impuso el nombrar a otros aspectos de la vida nacional, o conceptos como la hermandad universal o el fin de la discriminación.

En la plaza este 15 de septiembre, como dijo Francisco, los sentimientos superan al ritual del Grito. Cabe recordar que en 2020, y 2021 el Zócalo estuvo vacía debido a que la pandemia por el Covid 19 impidió la concentración de ciudadanos en la plaza.

Ahora, en el último Grito de Independencia, a dos semanas de dejar la presidencia, López Obrador es cobijado por una multitud incondicional, en donde se mezclan los seguidores de toda la vida, los convencidos por la vía del apoyo económico, los beneficiarios de la pensión universal, los servidores de la nación, y los asistentes continuos al Centro para celebrar el rito y presenciar la pirotecnia.Este domingo había que echar la casa por la ventana y lanzar una cantidad nunca antes utilizada de pirotecnia desde el atrio de la Catedral Metropolitana pero también desde los edificios del Gobierno de la Ciudad, de despedir al tabasqueño desde un balcón de un restaurante o de un hotel del Zócalo con menús de dos mil o tres mil pesos sin contar la habitación.

Era el día de sacar todos los artículos, los libros, camisetas, gorras, banderas, sombreros, llaveros, muñecos tipo lego, pines, peluches, calendarios, con la efigie o el nombre de López Obrador escrito, antes de que haya que embodegarlos.

En la plaza había el típico ambiente festivo de cada 15 de septiembre, pero también la nostalgia de haber llegado al final del camino y no saber con exactitud lo que depara el porvenir.

¿Sería exagerado decir que es parecido a un sentimiento de orfandad? Casi sin excepción, los entrevistados estuvieron al borde del llanto. Al menos para ellos sí es el fin de una era.