Durante la sesión de declaratoria constitucional de la reforma judicial que encabezó el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, presumió que ya son otros tiempos y, para demostrarlo, firmó el documento con un bolígrafo BIC. En una sala de plenos sin presencia de la oposición, muchos de los correligionarios de don Gerardo aplaudieron a rabiar el desplante, pero otros comentaron en corto que la excorcholata del pueblo llega al recinto en su lujosa camioneta Volvo híbrida, de casi 1 millón 700 mil pesos, y eso que apenas se está iniciando la legislatura. ¿Aplicar la tan llevada y traída austeridad sólo para firmar documentos está permitido en la “Constitución Moral” de Morena? | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.