Nos cuentan que defensores del Poder Judicial se rascan la cabeza para entender a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, quien envió al presidente Andrés Manuel López Obrador un oficio aceptando que los 15 mil millones de pesos de fideicomisos que Morena y aliados aprobaron desaparecer, se usen para la emergencia en Acapulco. Los trabajadores se mantenían movilizados, algunos ministros promovían amparos, partidos de oposición alistaban controversias constitucionales y hasta un juez ordenaba la suspensión provisional de la extinción, pero doña Norma los dejó colgados de la brocha de un plumazo. Ahora se preguntan si cayó en la trampa demagógica del gobierno, si vio la oportunidad de evitar que la Corte decidiera como juez y parte las controversias, o si de plano se aventó como El Borras creyendo que podría ganarle la batalla de percepciones a un mandatario que de eso sabe mucho. A ver cómo le va con los suyos a doña Norma. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.