Quien está cerca de romper todos los récords —si no es que los rompió ya— de violaciones a los derechos humanos es el gobierno de Colima. Y es que en el 2022, con Indira Vizcaíno al frente del estado, los casos de tortura se dispararon 60.8 por ciento, mientras que la violación al derecho a la integridad y seguridad personal registró un repunte del 109.4 por ciento. El informe anual de la Comisión de Derechos Humanos de la entidad da cuenta de otros indicadores que reflejan un panorama desfavorable para las garantías fundamentales de los ciudadanos. Dicen los que saben que no es un hecho aislado, sino que este fenómeno va de la mano de la escalada en la incidencia delictiva que se registra a partir del inicio de la administración, que logró cambiar el rostro del “pequeño estado en el que no pasa nada”, pero para mal.   |  Se lee en “Rozones” de La Razón.