Áser Oropeza Lara

Cerrillos de Díaz, Alto Lucero, Ver., 19 de enero del 2023.-José Juan Sánchez Romero y su padre Don Régulo Sánchez Viveros son orgullo de Cerillos de Díaz, del municipio de Alto Lucero, por ser de los lauderos más reconocidos e incluso por buscar un nuevo Récord Guinness del arpa más grande del mundo.

 

Entre “el Alto”, como lo nombran los lugareños, y “Cerrillos” hay cientos de metros de altura de diferencia; mientras la cabecera municipal de Alto Lucero presume la majestuosidad de su paisaje; en Cerrillos de Díaz se llenan de orgullo por ser cuna de arpistas de la más excelsa calidad.

Hoy por hoy el oficio de laudero se está quedando sin representantes, pero José Juan, que tiene la mitad de su vida aprendiendo, modificando, creando e innovando en distintos instrumentos de cuerda, a ejemplo de su padre, no dejará que eso suceda.

 

Don Régulo Sánchez Viveros, comenzó desde la humildad de una hachazuela y machete, con las que fue creando las jaranas. Con el paso del tiempo, le entró al arpa, para luego enseñarle a José Juan desde muy pequeño para quien su inicio se dio como un juego y después como el oficio que debe proteger con recelo y orgullo, como heredero de un compromiso con el mundo de la música.

José Juan tiene cerca de 25 años haciendo instrumentos, pero el primer paso fue cuando su padre le pidió que lo ayudara en la creación de uno, lo que causó que le agarrara el gusto a pesar que lo más atractivo para un pequeño de su edad era estar en la libertad del campo.

 

En su taller hoy hay herramientas eléctricas que facilitan y dan prontitud a su trabajo. Crear un arpa desde cero y entregarla al artista puede llevar uno, dos o hasta tres meses dependiendo de las exigencias del cliente, la madera a usar, la forma del tallado en algunas partes, de ponerle luz en el arco, si la quiere con color natural o alguno otro que le dé carácter e identidad.

El proceso inicia con la elección de la hoja, que será remojada, a la que se le dará la forma de “un barco o un velero”, después le pegan la cabeza, una tapa que puede ser corrida y se le añade una cinta en la que se sostendrán las cuerdas y sus ojillos.

Los cendales son torneados en el mismo taller y pueden tallarse a mano para conseguir una figura personalizada. Las mujeres, las musas, uno que otro animal de mar o ave y hasta una cobra pueden ser las preferidas para los clientes.

“Se utiliza cedro, aquí utilizamos nosotros el mango de corriente que le dicen, que es muy duro, yo utilizo roble que lo traigo del sur completamente. Esta tapa es de tacote o calabazo, que le dicen, donde le da otra resonancia al instrumento”, describe mientras muestra su obra de arte.

Los instrumentos de la familia Sánchez han llegado hasta Puerto Rico, Japón, Francia, Alemania, Estados Unidos e India debido a su fidelidad musical.

Sin falsa modestia pero tampoco con soberbia explica que saben de las necesidades de los artistas dado que ellos mismos lo son en Cerrillos, así como los cientos más que “exporta” el municipio a todos los rincones de la Tierra.

Es cuna de arpistas porque (Cerrillos de Díaz) según es el lugar donde más hay arpistas. Bueno, hay mucho músico, la mayoría somos músicos. Nosotros, aparte de hacer instrumentos, pues tocamos: yo toco la jarana, toco el guitarrón, mi papá toca la guitarra, jarana y toca el arpa, también”.

La identificación de lo que suena o no en el instrumento está basado en su conocimiento musical y es por ello que su creación del arpa desde cero incluye la confección de los bordones (cuerdas más largas) hasta la funda, ya que con el material y la máquina de coser hacen un “traje a la medida” de cada pieza artesanal.

“Y mis instrumentos son de muy buena calidad para recorrer el mundo, completamente, donde el instrumento queda personalizado para cada quien. No nada más de decir: ‘yo quiero un instrumento, háztelo’. Cuando la persona viene, pide su instrumento completamente como lo quiere, a su gusto, color, pintura, todo se le hace personalizada”.

Y para mostrar la complacencia a los clientes, de la bodega extrae una jarana con una pieza de madera en forma de señal de “Batman”.

Un arpa “así sola sin palancas y sin nada” cuesta 14 mil pesos y sube de valor conforme se van agregando las piezas como las pastillas o las palancas que dan los semitonos.

 

EN LA BÚSQUEDA DEL RÉCORD GUINNESS

En su humildad, reconoce en su padre, Don Régulo Sánchez, a su mentor y maestro, por eso resume que nunca superará su calidad de trabajo heredado por su abuelo.

El bisabuelo de José Juan inició saliendo a la Ciudad de México para dejar la vida del campo por la citadina. Desde ahí, su abuelo y luego su padre le transmitieron el conocimiento como el oro molido que se da a la nueva era, por lo que está cierto que ahora tendrá que protegerlo, conservando la tradición, pero innovando ante la ola tecnológica que embiste a cualquier profesión.

“Hay cosas que todavía necesito mucho la ayuda de él (su padre). Instrumentos que yo no sé cómo repararlos o cómo se tiene hacer y él es el que me orienta”.

En ese andar en la búsqueda de proyectos que les representen un reto, pide el apoyo para la creación del Arpa más grande del Mundo, la cual mediría más de cinco metros de alto.

Sin embargo, hasta ahora no cuenta con el espacio requerido para un instrumento de tal magnitud.

“Hasta ahorita no hemos podido porque ya no podemos tenerla aquí. No cabría”.

El récord Guinness que impusieron en su momento fue por la creación de un arpa de 3.65 metros de alto, la cual tocaron 12 músicos, y fue construida durante 20 días.