La pregunta que recorre los pasillos del Tecnológico Nacional de México es si su director propuesto, Ramón Jiménez López, exigirá que se refieran a él como líder supremo, que es apelativo que usa Kim Jong-un allá en Corea del Norte.

Y es que Jiménez López, sin experiencia en la enseñanza de la ciencia y la tecnología al más alto nivel, es cabeza de un centro de estudios del Kimilsunismo que es una suerte de secta dedicada al culto de Kim Jong-un, el rechoncho dirigente de ese país a quien sus seguidores le atribuyen poderes sobrenaturales. Es el culto a la personalidad llevado a extremos delirantes.

La comunidad de trabajo del Tecnológico está preocupada y ya lo externó en una carta dirigida al presidente en la que demandan detener el nombramiento. ¿Hay disposición de corregir?

Un enorme colectivo de 600 mil alumnos está a la expectativa de que no se cometa un error.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.