A Jaime Bonilla, el exmandatario de Baja California, todo le sale mal, desde su intento por agandallarse tres años más de gobierno, con un par tuvo para hacer y deshacer. Dejó la entidad llena de problemas y tampoco le salió la jugada de regresar a su escaño en el Senado, pues olvidó leer las reglas, que dictan claramente que al optar por la gubernatura le era imposible regresar a legislar. Más: su fallida planta fotovoltaica sigue dándole problemas. Será citado a declarar por corrupción, pues falta transparentar dónde quedaron 12 mmdp, que se esfumaron en 10 meses. Y, uff, para engordar la lista de calamidades, crece el rumor de que inventó su título de ingeniero por la UNAM. Hoy lo denuncian por usurpación de funciones. Tratándose de él, ya nada nos sorprende.   |   Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.