Nos cuentan que atrás quedaron los tiempos de los debates de altura en el Senado, entre constitucionalistas, tribunos y senadores, que debatían y argumentaban conceptos en tribuna. Ahora los gritos, sombrerazos e incluso insultos personales son parte de la crónica parlamentaria, sobre todo entre morenistas y panistas. El último episodio es un reclamo de carácter escatológico de la senadora panista Lilly Téllez hacia el presidente en turno de la Mesa Directiva, José Narro, en la que le pidió no escarbarse la nariz.   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.