Esos perredistas veracruzanos dan risa, alegan fraudes, persecuciones, traiciones, y hasta se reúnen a chismear sus desgracias. ¿Y el borrachín que tienen como dirigente estatal? Bien, gracias, anda calladito, pues sabe Sergio Cadena que está «planchadito», que ya le jalaron las orejas desde la calle de Enríquez.