El otrora poderoso institutito político apenas y resuella. 

Nadie duda que en tierras veracruzanas el tricolor esta desdibujado. 

Solo el fantasma de lo que fue, es lo que tratan de explotar unos cuantos, entre ellos ese comediante metido a político, un tal Marlon Ramírez Marín. 

En pocas palabras el PRI cada vez está peor. 

Lo cierto es que el partido en el poder no tiene oposición. 

Va solo, sin rival político enfrente, o al menos así se pinta en la entidad veracruzana.  

De entrada, Acción Nacional se debate entre Joaquín Guzmán, la familia de los Yunes, mismos que no han podido avanzar más allá de los dos años de terror que sembraron en Veracruz y los residuos del fanatismo que encabeza Agustín Basilio de la Vega. Por otro lado, un Movimiento Ciudadano, encabezado por el ambicioso ex gobernador veracruzano, el cual únicamente se dedica a pepenar figuras públicas, no ata ni desata. Lo cierto es que el tal Marlon despertó muy buenas expectativas al desbancar a los fidelistas y duartistas, pero hasta allí. 

Su lucidez fue fugaz. 

Sobra resaltar que el comité directivo estatal del tricolor, ha tenido en los últimos años muy malos presidentes. El famoso “Tonicho”, mejor conocido como “Cabeza de Lata”, que repetía, porque ya había dirigido al tricolor antes, por medio de su achichincle, Ricardo Landa, sólo traiciones le heredo al partido que le dio fama y fortuna. 

De igual forma la lápida del descrédito que les dejó, a los priistas, Javier Duarte hacía necesario un trabajo gigantesco tanto en el frente operativo como en el frente moral, para sacar al tricolor del rechazo popular, pero nada de eso hubo. 

En su momento, no fue mal visto que el tal Marlon recorriera el estado para reanimar a los pocos partidarios que le quedaban, pero no tuvo el valor de limpiarlo de las lacras que lo habían hundido ni para proponer un proyecto que lo hiciera atractivo.  

Le valió madre, por lo que, fiel a su estilo y a su costumbre, solo simuló. 

Hace unos días un grupo de oportunistas pedían el fin de su mandato, y lo hicieron sin mayor argumento, únicamente cambiarlo para poner otro igual o peor.  

Uno de los mayores errores que cometieron esos que se sentían los Tlatoanis priistas es que se olvidaron de preparar gente nueva, por lo que ahora no tienen tela de donde cortar.  

Jorge Carvallo, anda escondido, gastando la millonada que, se dice, se robó. Lorena Piñón, no tiene calidad moral, y logra una diputación federal después de maquinar una sucia componenda para echar del partido a Ivón Ortega.  

Es así como, en medio de esta severa crisis, Marlon tuvo, el pasado jueves, la extraordinaria oportunidad de fijar la posición de su bancada ante el Congreso local. Pero como siempre la desperdició. El valemadrismo volvió a someter al priista. 

Entre la media docena de militantes tricolores había la expectativa, porque no se trataba de un discurso sólo para ganar adeptos, no debía ser una arenga de plazuela, sin embargo, por el texto que leyó, mostró que no sólo no sabe hacer otra cosa que simular, sino que no tiene voluntad de entrar en reflexiones que den luz a sus seguidores y posibles simpatizantes sobre los retos que enfrentan. Parece que el PRI está perdido en un voluntarismo miope, que por lo visto ni siquiera lo acerca a sus verdaderos problemas que hoy hacen que el electorado lo rechace. 

Parece que el PRI o ya no tiene intelectuales o los pocos que le quedan apestan, porque estorban a sus componendas, a sus porquerías. No tienen quien les diga que para ganar primero tienen que convencer y sin ideas y ni acciones que las materialicen, no se convence a nadie. La perorata de Marlon muestra que no sabe y, lo peor, no quiere saber, porque perdieron y que ahora no será apostando al fracaso del gobierno en turno, como regresaron al poder. 

Marlon dice que será oposición sin ser oposición, su mensaje es de capitulación.  Ese mensaje no es para ampliar su membresía sino para terminar con ella. Así de sencillo. 

El PRI cada vez está más huérfano de ideas y acciones trascendentes. Con su actitud obliga a que los que quieren un partido que de la batalla en la operación y en el deslinde ideológico, se vayan si no a otros partidos si a otros espacios de la sociedad civil, porque no nada más hay quienes les interesa el poder.

Por lo anterior, como bien dicen sus paisanos, Marlon es una auténtica porquería. 

Usted les cree, nosotros también. 

Buen provecho