Los productores mexicanos históricamente han tenido una oferta escasa y limitada de créditos y servicios financieros necesarios para desarrollar la actividad agropecuaria, a pesar de que desde el siglo XIX a la fecha, las diferentes administraciones gubernamentales han abrogado y derogado leyes, así como han creado y reinventado instituciones de financiamiento con el propósito de atender con mayor precisión la realidad cambiante de nuestro sector agropecuario.

De acuerdo con aseveraciones hechas por especialistas del sector, la pobreza está condicionada al nivel de ingresos de la población, que en el caso de los que se dedican a las actividades primarias, depende del volumen de producción, el precio de venta de sus cosechas y los costos de producción, principalmente. Es decir, por el nivel de productividad.

En Veracruz, existe una baja productividad que está presente en al menos un 80% de los Unidades de Producción (UP) de la entidad, donde sus poseedores, pequeños y medianos productores, tienen:

1) Baja capitalización derivada de la ausencia de inversión; 2) Poco o nulo acceso a la irrigación; 3) Escasa incorporación de tecnologías y modelos técnicos agropecuarios.

El insuficiente acceso al financiamiento a sus actividades productivas por parte de las UP constituye un obstáculo crítico que determina los factores señalados y conduce a la baja productividad. Al respecto, la evidencia empírica muestra que el acceso al crédito podría aumentar la productividad en, al menos, 20% y las ganancias incrementarse entre un 15% y un 25%. Es decir, hay evidencia de la relación positiva entre crédito, inversión y productividad

En México, así como en la mayoría de los países de Latinoamérica, existe una limitada capacidad del sistema financiero para brindar servicios al sector agropecuario en una proporción similar a la contribución que hace el sector agropecuario a sus economías (FAO, 2016), por lo que la mayor parte de los hogares rurales recibe crédito vía fuentes alternas al sector financiero formal, ya sea por empresas o agronegocios dentro de la cadena de valor (proveedores de insumos, comercialización, transformación) o bien por prestamistas informales.

Este tipo de financiamiento resulta más costoso e insuficiente en términos de calidad, lo cual contribuye a que segmentos importantes de las UP sean excluidos o produzcan por debajo de su potencial para contribuir al sector.

El crédito se focaliza en los productores de altos ingresos, con volúmenes que superan el 55% (Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, CDRSSA, 2019), y estos productores, es donde el crédito es 51% más frecuente (SAGARPA-FAO, 2012).

El sector agroindustrial cumple un papel relevante en el tejido empresarial de la región y ejerce una función de fuerza tractora para el sector agropecuario primario y la integración de los productores primarios en la cadena de valor fortalece la generación de valor añadido y de ingresos para los productores

Al respecto, en México y en Veracruz, se observa un bajo desarrollo e integración en las cadenas de valor agroalimentarias, esto por la concentración de las exportaciones en productos de baja complejidad, y una mejora en este rubro requiere niveles de capacitación y conocimientos para poder producirlos.

Por lo tanto, para que las cadenas agroalimentarias veracruzanas se consideren complejas, no sólo se requiere exportar productos de alta complejidad, sino también exportar un número elevado y diversificado de productos y a diversos mercados.

Dado que en una cadena de valor las empresas dependen unas de otras, es importante contar con un buen desempeño no solo de los eslabones proveedores de materias primas agrícolas (sector agropecuario) sino también de los industriales, de comercialización y de servicios que componen la cadena de valor agrícola.

Para ello, es crucial asegurar el acceso al financiamiento de las empresas que participan en tales eslabones, y, en ese sentido, partir de la línea base de la identificación de las cadenas productivas y sus cadenas de valor resulta indispensable, un buen ejemplo de eso sería la identificación de eslabones y conceptos susceptibles de ser fortalecidos con la gestión de financiamiento (subsidios, créditos y otros instrumentos financieros) esto nos permitiría fortalecer la cadena en su conjunto, sin perder de vista el carácter prioritario de la misma.

Las políticas de desarrollo, en materia de financiamiento al sector primario agropecuario y al agroindustrial, deben procurar el acceso a una serie de instrumentos, como el crédito, garantías parciales de créditos a productores (con el sistema bancario y las entidades no bancarias), factoraje y arrendamiento (Fernández Díez & De Olloqui, 2017).

La Banca de Desarrollo, tanto de primer como de segundo piso, han ampliado sus canales de distribución para poder aumentar su clientela base y lograr una mayor penetración, y han encontrado canales alternativos no bancarios para financiar a sectores con menor acceso al financiamiento o no bancarizados. Estos canales incluyen los siguientes:

  1. Operadores no financieros: complementan las redes de distribución en localidades aisladas y utilizan esquemas de créditos rotativos, los cuales abaratan costos operacionales.
  2. Proveedores y compradores: tienen mejor información sobre sus clientes y mayor capacidad para recuperar sus créditos.
  3. Entidades financieras no bancarias, tales como cooperativas, arrendadoras, empresas de factoraje, microfinancieras y sociedades financieras, las cuales en general no captan depósitos del público.

Acceso financiero en México

Los puntos de acceso financiero se agrupan en cuatro tipos de instituciones financieras: Banca múltiple, Banca de desarrollo, Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAP) y Sociedades Financieras Populares (SOFIPO).

  1. Banca múltiple: En las instituciones de banca múltiple se ofrecen los servicios de banca y crédito, los cuales tienen por objeto captar recursos del público para colocar créditos en el mismo sector público para el desarrollo de actividades económicas.
  2. Banca de Desarrollo: Está compuesta por la Banca de desarrollo, organismos de fomento y los fideicomisos públicos cuyos objetivos son facilitar el acceso al ahorro y financiamiento a personas físicas y morales, proporcionar asistencia técnica y de captación, así como impulsar el desarrollo del país. En este grupo se cataloga a la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) y a los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA).
  3. Caso particular lo representa el Banco del Bienestar, institución creada por el Ejecutivo Federal como una institución de la Banca de Desarrollo, principal dispersor de los programas sociales federales.

En su carácter de banca social, promueve y facilita el ahorro entre los mexicanos, dentro y fuera del país, así como el acceso al financiamiento de primer y segundo piso de forma equitativa para personas físicas y morales, impulsando así la inclusión financiera, misma que realiza con perspectiva de género y tomando en cuenta a comunidades indígenas.

El Banco del Bienestar está destinado a ser el eje por donde circule el acceso al crédito productivo y su vertiente de promoción del desarrollo del sector en los próximos años, esto derivado de una política pública de Estado encaminada para tal fin.

Los instrumentos de financiamiento

Como se dijo, la clave está en la correcta planeación financiera y la elaboración del presupuesto de capital. Para esto, el mercado ofrece diversos instrumentos para el financiamiento de las necesidades operativas y de inversión fija; no obstante, es común encontrar que uno de los principales dilemas a la hora de contratar un crédito es la elección del instrumento financiero más adecuado (educación financiera).

Los instrumentos de corto plazo disponibles para cubrir las necesidades de insumos, materias primas, mano de obra, acopio y comercialización son de créditos de avío, capital de trabajo, prendarios, reportos y quirografarios, mismos que tienen como principal característica su recuperación en función del ciclo operativo de la empresa. En los instrumentos, existe también el factoraje, que consiste en el financiamiento sobre la cesión de los derechos de cobro de las facturas derivadas de la comercialización de productos.

Para cubrir las necesidades de inversión fija de mediano y largo plazos, los principales instrumentos disponibles son los créditos refaccionarios, o bien, el arrendamiento en sus diferentes modalidades.

Cómo podemos apreciar, el acceso al crédito y al financiamiento para actividades productivas sigue siendo escaso y de difícil consecución, sin embargo, debemos seguir impulsando su promoción como motor y palanca del desarrollo regional.

Posdata:

Los “Amigos por la Capacitación Agropecuaria” invitan al Curso-Taller: “Elaboración Artesanal de Productos Cárnicos” del 18 al 22 de diciembre en el rancho “El Tucán” de Martínez de la Torre, Ver. Donde los asistentes podrán aprender a elaborar todo tipo de embutidos artesanales para consumo propio o comercialización. Informes e inscripciones en los teléfonos: 2281109924 y 2281957571.

Dentro de las organizaciones cupulares del sector primario, el Consejo Nacional Agropecuario organiza el Foro Global Agroalimentario, el cual, en su XVIII edición se denomina “Transformando el Futuro del Sector” y se realizará de forma híbrida del 09 al 12 de noviembre del presente, teniendo como sede la Expo Agroalimentaria de la ciudad de Irapuato, Guanajuato. Informes e inscripciones en www.fga.org.mx

 

Lic. Mario Ulises Pereyra Castelán.

Especialista en Comercialización Agroindustrial y Políticas Públicas.

Pereyramario1975@nullgmail.com