Pequeña Zulma, una menor de 12 años que padece diabetes tipo 1 y pidió ser protegida contra la Covid-19, fue vacunada. 

En la Jurisdicción Sanitaria Núm. 5, con sede en el municipio de Banderilla, fue donde, junto con otros ocho menores más, la pequeña recibió el ansiado biológico. 

Lograr el beneficio no fue nada fácil, fue toda una odisea llegar a ese momento. 

De entrada, sufrió improperios y hasta insultos por parte de las autoridades sanitarias y hasta del propio señor López, quien con ese cinismo que le caracteriza se encargó de denostar a la pequeña, llegando al grado de endilgarle otros intereses. 

Pero eso no es todo, es tanto el resentimiento que anida en el corazón el tabasqueño que se atrevió a subrayar, un 3 de septiembre, que los amparos promovidos para vacunar contra la COVID-19 a menores de edad, en cuatro entidades del país, era una “acción concertada”. 

¡Órale! 

Pobre señor presidente, hasta los niños le causan escozor. 

Zulma, con un valor admirable, puso en su lugar al otro López, a Gatell, y mediante un video que publicó en Twitter, la menor de edad mostró la resolución del Poder Judicial de la Federación para que fuera vacunada y, sin perder el tiempo, recordó las palabras que López-Gatell le dijo el pasado mes de abril. 

La menor, de manera muy inteligente, puso en su lugar al par de López.  

Los padres de la menor también tuvieron que hacer erogaciones económicas para lograr la vacunación de su hija. No fue nada fácil ni gratis. 

El caso se Zulma sin lugar a dudas que es un caso muy representativo y su convicción sienta precedente ya que la pequeña y su familia lograron conseguir la vacuna, misma que habrá de disminuir el riesgo ante un posible contagio de Covid-19. 

Por supuesto que no se trata sólo del caso de Zulma, sino de una gran cantidad de solicitudes judiciales para la aplicación de la vacuna a menores de 18 años, en todo el país. 

Por lo mientras, aquí en tierras veracruzanas, más de 20 niños, los cuales también promovieron el beneficio del amparo, esperan ser vacunados. 

Lo anterior no es otra cosa que una muestra de preocupación que muchos padres tienen de que sus hijos sean protegidos ante un posible contagio, especialmente cuando existe comorbilidad y ante la obstinación de la administración federal en esto del regreso a clases.