La junta de Gobierno de nuestra Máxima Casa de Estudios ha dado a conocer la terna de la cual saldrá el próximo rector. 

La “suerte” favoreció, según los académicos de renombre, a los tres peores, cada uno tratando de llevar agua a su molino y ansiando futuros beneficios para sus cuadras. 

Le platico. 

De entrada, el hidalguense Jorge Manzo Denes. 

La todavía rectora, Sara Ladrón de Guevara y Miguel Ángel Yunes Linares, están echando toda la carne al asador ambicionando la llegada, o imposición, de Héctor F. Coronel Brizio. 

Los trabajos se encuentran muy avanzados y al parecer la balanza se habrá de inclinar a favor del académico. 

Y, por último, Alberto Olvera y su esposa Celia del Palacio, promueven a Martin Gerardo Aguilar Sánchez. 

Como todos sabemos no es la primera vez que el ex alcalde xalapeño le mete la mano a esto de la sucesión en la rectoría.  Al ex edil se le recuerda más por su intrepidez de irle a botar la basura a las puertas de palacio de Gobierno al entonces mandatario veracruzano Miguel Alemán, que, por su trabajo en favor de las clases más necesitadas, de gestionar beneficios, aun ahora como diputado federal, por los que menos tienen. 

Es precisamente Rafael Hernández Villalpando quien mete al redil de MORENA al ahora aspirante a la rectoría, el hermano de Sergio es quien lo encumbra en las filas morenistas, y desde un inicio ambicionando hacerlo rector. 

Capricho que está a punto de ver coronado.

Por otra parte, Sara Ladrón de Guevara, quien se dice, en aquellos ayeres consigue la rectoría gracias a que su esposo trabajaba con la familia Moreno Valle, allá en el vecino estado de Puebla, y es precisamente él quien le pide a tan respetable cuna su valiosa intervención, ante el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa, para lograr el cargo que ahora está por dejar. 

La suerte le favorece a Sara Deifilia y el cordobés la hace responsable de nuestra Máxima Casa de Estudios, pero en el pecado llevó la penitencia ya que tuvo que cargar con la traición de la antropóloga especializada en arqueología e iconografía, ya que sin pensarlo dos veces la señora se pone a las órdenes del panista Miguel Ángel Yunes Linares.  

Quizá aún recuerde usted esas marchas, de la comunidad universitaria y académica, en las distintas regiones de la entidad veracruzana, reclamando el pago de los millones de pesos que el gobierno de Duarte de Ochoa, le debía a la Universidad Veracruzana. 

La afiliación panista de los Moreno Valle, concordaba, curiosamente, con Yunes Linares y con Ladrón de Guevara. 

Ahora, pensando no sólo que le cuiden las espaldas sino también en seguir utilizando a la UV como ciudadela de los panistas, ha hecho todo para plantar a un incondicional suyo como su sucesor.  

Por otra parte, Alberto Olvera, de quien, se dice, es jefe de los talibanes talegueros, trata de imponer a Martín Gerardo Aguilar Sánchez. 

No olvidemos que Olvera Rivera, fue el principal promotor de Alianza Cívica, un movimiento social prodemocrático, y es recordado por presentarse mucho tiempo como el apóstol de los movimientos y organizaciones de la sociedad civil, así como también por defender su autonomía respecto del poder político y el poder económico.  

Su participación en Alianza Cívica fue fundamental y como también fue impulsor de los grupos de cafeticultores y otros movimientos de la sociedad civil. 

Lo curioso es que hoy, que para el tabasqueño la sociedad civil, es » instrumento de conservadores», salió huyendo, dejando a estos movimientos y organizaciones autónomos, en la más completa orfandad para venirse a refugiar en la Universidad Veracruzana, donde gracias al incondicional apoyo ofrecido a Sara, como premio, le entregaron la Junta de Gobierno y, sin mayor empacho designan a su esposa, Celia del Palacio Montiel, Coordinadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación. 

Ahora, ya encarrilado, el grupo que jefatura no solo impulsa para la Rectoría a Martín Gerardo Aguilar Sánchez sino también se la juega con Jorge Manzo, en su temor de perder las prebendas de que disfruta. No sólo no le ruboriza a Olvera ser un tránsfuga de la sociedad civil, sino que, se dice, se cuida de no recibir directamente los pagos a sus servicios extras.  

Hacia el interior de la comunidad universitaria se dice que, estas son las mafias que han tomado como rehén a la UV y que la quieren seguir controlando, para utilizarla como plataforma para sus planes oportunistas por venir.