El cacique de la huasteca veracruzana sin posibilidades de acomodar sus piezas en el próximo comité estatal de Acción Nacional.
Ya sin fuerza, y con unos resultados nada favorables, su carta de presentación es la derrota.
El ex amigo de Yunes Linares se ha quedado solo, o más bien lo han dejado solo.
En la región norveracruzana que caciqueaba los números electorales no le favorecieron, en su natal Tantoyuca fue muy pírrica la cifra obtenida en las urnas logrando apenas sacar adelante la municipal, porque en la local y la federal le dieron palo.
Su fuerte inclinación a la traición y el haberse rodeado de puro ingrato, lo llevaron a la derrota.
Lo anterior sin mencionar la estela de corrupción que ha ido dejando a su paso por los distintos cargos de elección popular o bien dentro de la administración pública estatal.
Por citarle un ejemplo podríamos mencionar su pésima actuación como titular de la Sedarpa, allí, el ginecólogo, no solo vino a perjudicar al campo veracruzano, sino también a beneficiar a toda su parentela y amigos con apoyos oficiales. De entrada, se sabe, que la fiscalía general de la República ya investiga media docena denuncias interpuestas por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (SEDARPA) ante presuntos desvíos de recursos. Aquí se habla de una serie de hipotéticas anomalías en el Programa de Concurrencia General y en el Fideicomiso Veracruzano de Fomento Agropecuario.
También se precisa que, a través del Órgano Interno de Control, se busca proceder para detectar obras que fueron pagadas, pero no ejecutadas, en varios municipios veracruzanos y en las cuales se destinaron recursos provenientes del Fondo de Infraestructura Social Estatal (FISE).
En su momento se habló de un presunto daño cercano a los treinta millones de pesos cuando estuvo al frente de la SEDARPA el cacique huasteco.
De igual forma, Joaquín Rosendo, no debe olvidar que en caso de buscar reelegirse en la dirigencia estatal solo habrá de provocar más fracturas, solo vendría a acrecentar los problemas a grado tal que estaríamos viendo un espectáculo como el que protagonizó hace unos ayeres junto con Pepe Mancha Alarcón.
Todas las pifias de Guzmán Avilés, por supuesto, es algo que está capitalizando bastante bien el equipo político de los magnates de El Estero, pero no tan solo eso, ya que hacia el interior de las bases panistas han hecho un trabajo fino, no se distraen en nada.
Por lo que, con Tito Delfín a la cabeza, seguido de la senadora Indira Rosales, ya se preparan para tomar las riendas del blanquiazul veracruzano.
Este binomio no canta mal las rancheras, han venido trabajando se han metido de lleno a la labor partidista, no desatienden detalle alguno y se ha ocupado y preocupado por las bases por los cuadros azules, por los que deben ser atendidos y escuchados.
El ex alcalde es gente experimentada en las lides partidistas, sabe de cuadros, de negociaciones, le encanta sumar, y eso es algo que la sangre renovadora de Acción Nacional debe entender muy bien.
La senadora, de igual forma, ha sabido ser contrapeso en la cámara alta, ha mostrado valores, entereza y nada de amilanarse.
Rosales San Román es coherente, centrada, sabe resguardar las siglas partidistas con gallardía, de allí que las bases blanquiazules la vena con muy buenos ojos.
Los tiempos no están para experimentar, la situación apremia.