Al tabasqueño que cree usted que le preocupa más ¿la dirigencia de su negocio o sacar adelante el compromiso adquirido en las urnas? 

Lo cierto es que el nacido en Macuspana muestra desesperación, nerviosismo, su empresa electoral, entiéndase su partido, no levanta. 

El Tlatoani sabe que no las trae todas consigo y eso le quedó muy claro con la consulta popular del pasado domingo, uno de agosto. 

Como viejo zorro de la política no desconoce que su partido transita en medio de vaivenes, al puro balanceo, los aprietos por los que atraviesa le preocupan sobre manera. 

Claro que sí. 

Tantito descuida el señor López el changarro y todo se vuelve un caos, cada quien jala por su lado, porque sobra decir que el nacido en Colima, ese que hace las veces de dirigente, es más que un cero a la izquierda, ni de figura decorativa sirve, nadie le hace caso, todos lo ignoran. 

Sus amanuenses en lugar de trabajar para engrandecer al partido, se pelean por el poder, se fracturan entre ellos mismos y todo por saciar sus ambiciones personales. Ellos tejen para su causa, para sus intereses valiéndoles madre el instituto político que los ha encumbrado, que les está matando el hambre. 

Lo más grave es que a tres años de ese incuestionable triunfo aun no logran concebir que la victoria es pasajera, que los laureles no serán eternos. Alguien debe hablarles al oído, bueno si es que saben escuchar, y decirles que el poder no es eterno. 

De igual forma los morenos aún viven empecinados en que el apabullante triunfo del 2018 fue por ideología y no por hastío al PRI. Allá ellos y su mala cabeza. 

El descontento de la población cada día es más palpable y allí tiene un claro ejemplo con el resultado de la consulta popular, ese capricho del señor López, donde ni siquiera los que reciben su billete salieron a votar. 

Ante tanta inseguridad, ante ese galopante desempleo, ante el pésimo manejo de la pandemia y ante el creciente número de pobres, el electorado ya está llegando al hartazgo. Cada día son más los mexicanos que externan su descontento hacia la actual administración federal. El disgusto se vuele la constante. 

Y si a eso le sumamos que, después del tabasqueño, MORENA no tiene rumbo, no tiene liderazgo, su desnivel está cantado. 

Lo único que le favorece, y enormemente, al tabasqueño, es que la “oposición” esta cuajada, entumecida, no tiene pies ni cabeza, no ha sido lo suficientemente inteligente para capitalizar una buena parte de los constantes yerros de los morenos. 

Lástima. 

Y que decir en las entidades, allí donde hace falta un auténtico líder. 

Reiteramos, el declive de MORENA, ya es toda una realidad. 

Con el triunfo del 2018, en el pecado llevó la penitencia 

Claro que sí. 

Provecho.