Se le hacen conocidos estos nombres.

Si, son lo consanguíneos de piel delicada, los mismos que, según versiones de sus paisanos, poseen un negro historial en aquel próspero valle, lo anterior sin mencionar que ambos son protegidos del amorfo súper delegado Manuel Huerta Ladrón de Adeberas, perdón de Guevara.

Las tropelías que, se comentan, han cometido este par de consanguíneos son numerosas, quienes las han vivido señalan que son verdaderos actos de prepotencia y pedantería.

Baruch Ortiz Herrera es el operador estrella del programa Sembrando Vida, y, es el mismo que hace un tiempo fue acusado de acoso sexual, señalamiento que duerme el sueño de los justos gracias al manto protector de Manuel Rafael.

En aquella región Baruch tiene fama de mujeriego, eso lo distingue, también sus paisanos cuentan que lo mismo conquista solteras que casadas, viudas o dejadas.

Tiene los complejos tan arraigados que le tira a todo.

Se rumora que es muy dado al acoso de las empleadas que tiene en sus negocios, acción que le ha traído serios problemas judiciales pero que no han prosperado gracias a su amigo Manuel Rafael.

Este personaje gusta de presumir de la cercanía y la protección del funcionario federal, quizá de allí su actuar tan desproporcionado y alevoso.

Su trabajo en dicha dependencia federal no ha arrojado los resultados esperados, es nulo. O al menos eso es lo que señalan sus paisanos, los mismos que sí los conocen y bien.

Del ya famoso Randu se cuentan historias consumadas en contra de trabajadores técnicos de la delegación federal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, donde destaca su atravesado comportamiento. Se dice que siempre anda presumiendo de la protección total de Manuel Rafael, por eso su actuar inculto y despectivo.

Sus paisanos cuentan que Randu, ahora resplandeciente beneficiario de la Cuarta Transformación, antes de vivir de las mieles del poder, se dedicaba al comercio de alimentos, ese era su giro. Actualmente es todo un servidor público, un privilegiado siervo de la nación, que gracias al presupuesto federal vive en la abundancia. Sobre su enclenque espinazo pende la afable responsabilidad de darle solución a la problemática del campo veracruzano, lo curioso es que del agro sabe lo que su hermano Bruch conoce de astronauta.

Entre el campesinado peroteño es un secreto a voces el que Baruch y Randu, al ser los operadores de varios programas federales, le han entrado fuerte al moche, se rumora que este par de consanguíneos le exigen una comisión al campesino para poder beneficiarlo con el recurso público.

Los actos de alevosía en contra de los hombres que hacen producir la tierra en aquella región son del dominio público, a grado tal que se maneja la versión que varios integrantes de esta familia, Ortiz Herrera, no viven en el error, ya que se encuentra inscritos en los programas sociales que maneja la Secretaría de Bienestar.

Sus cercanos señalan que todos ellos gozan de becas, créditos a la palabra, tandas y créditos a las tiendas, y, sin descuidar a sus incondicionales, también favorecen a todo aquel que se doblega a sus caprichos y antojos.

Por lo mientras en todo el municipio de Perote, a este binomio de consanguíneos ya los califican como aprendices de caciques, los mismos que en escasos dos años han ambicionado instalar su radio de acción, sintiéndose patronos del patíbulo.