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México., 21 de abril de 2021.- ¿Compras constantemente agua embotellada o adquieres productos con envase de plástico en el supermercado? Estos hábitos de consumo de “usar y tirar” provocan 400 millones de toneladas de plásticos de un solo uso en el mundo, de los cuales, el 79% termina el verteros y sólo el 9% se recicla.

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“Los plásticos de un solo uso son un problema porque están hechos de combustibles fósiles y tardan hasta cientos de años en degradarse pero lo son en particular por estar diseñados para ser desechables y por eso constituyen gran parte de los residuos que encontramos en los océanos y otros ecosistemas”, explicó Ornela Garelli, especialista en consumo responsable y cambio climático de Greenpeace en exclusiva para Forbes México.

La solución radica en cambiar los hábitos de consumo y no caer en la trampa de algunas empresas que prometen que por ser envases reciclables no hay impacto al medio ambiente, ya que una botella de plástico solo se puede reciclar hasta siete veces a causa de la degradación del material e implica el gasto de otros recursos como energía y agua.

“Que algo diga que es reciclable no quiere decir que se vaya a reciclar porque puede ser reciclable en plantas que no existen en México o en mi municipio y al final también terminan en residuos. La solución es transitar a esquemas de reutilización, como las botellas retornables”, agregó la especialista.

A nivel mundial, Asia produce alrededor de 30% de plásticos de un solo uso y la región de América del Norte es responsable de la producción del 18% de plásticos.

Por su parte, México produce cerca de 8 millones de toneladas de plásticos al año, de los cuales el 50% son de un solo uso y sólo un 6.7% se recicla.

“En cuanto a las botellas que son plant based que son de bioplásticos o con productos biodegradables y compostables, lo cierto es que estas opciones no brindan una alternativa real para combatir el problema, al final generan residuos porque están diseñados para tirarse“.

El modelo de consumo lineal genera residuos, aunque sean de otro tipo, como por ejemplo, los productos biodegradables los cuales requieren procesos y condiciones específicas que no existen en la naturaleza y se quedarán en los ecosistemas dañando a las especies.

“Una de las razones porque las tasas de reciclaje son bajas es porque las empresas no han asumido su responsabilidad para alcanzar porcentajes más altos, ya sea porque están haciendo productos no aptos para reciclarse, que no tienen las capacidades técnicas o porque no recuperan los artículos al final de su vida útil para llevar a cabo su transformación”, añadió Garelli.

Microplásticos: presentes en la Antártida y en tu plato

Además de la amenaza que los plásticos de un solo uso representan para la vida marina y terrestre, estos llegan a los ecosistemas y se fragmentan, a causa del contacto con las olas, el movimiento y la luz del sol, llegando hasta tu mesa.

En el estudio “Microplásticos en Peces de México” elaborado por GreenPeace se encontró que el 20% de 755 peces de la muestra presentaron plástico en su estómago, y en un caso, se encontraron hasta 45 piezas de plásticos.

“No hay salud en un planeta enfermo y no podemos estar contaminando el planeta, lo estamos viendo y se nos está regresando en problemáticas y la contaminación por plásticos es una problemática ambiental y para nuestra salud por toda la liberación de microplásticos que están llegando a nuestros alimentos, ya están en nuestros cuerpos”, finalizó la especialista.

Estas cifras muestran cómo peces comercialmente muy importantes como la lisa, el peto, los pargos, huachinangos o cabrillas presentan microplásticos en su interior, lo que indica que la actividad pesquera y la salud humana es afectada por este tipo de contaminación.

Los microplásticos se han encontrado en el Ártico, en la Fosa de las Marianas​, en agua de lluvia, en las nubes, el polvo y en el aire que respiramos, en los peces y también, en los productos de mayor consumo.