Hoy en día se ha puesto muy de moda eso de beneficiar con los cargos de elección popular a la hija, al hijo, a la hermana, al hermano, a la esposa, esposo, el tío o la tía o bien a la querida o al mayate, ya que ese también cuenta.

En decenas de municipios, de manera anticipada, los actuales jerarcas ya preparan su salida y cabildean que su beneficiario sea de su parentela.

Y esto no es privativo de un solo partido político, no señores, en todos los institutos políticos es lo mismo, la avaricia va por delante, la ambición familiar es lo prioritario, los demás que se chinguen.

Por lo que se percibe en los partidos no hay vergüenza en política.

Así de sencillo.

Veracruz no es la excepción, la concentración de poder político de estas parentelas pone de manifiesto la permanencia de élites políticas, que no son otra cosa que auténticas murallas para los ciudadanos que buscan alguna alcaldía, diputación, senaduría o bien gubernatura.

Lo que se logra apreciar es que, para muchos, para aquellos que aspiran tutelar su municipio, representar un distrito electoral ya sea local o federal, se trata de una política privativa.

Hace escaso un año el representante popular de Morena, Henri Christopher, ah pa´ nombrecito, Gómez Sánchez mostró en el Congreso de Veracruz una iniciativa que impediría que gobernadores y presidentes municipales “hereden” a familiares el cargo en la función pública.

Una vez presentada dicha iniciativa los primeros en pararse de manos fueron los panistas argumentando que solo vendría a ser una postura violatoria a todas luces de los derechos humanos. Y quien cree que hizo la petición para que dicho documento fuera enviado a la Comisión de Derechos Humanos y Atención a Grupos Vulnerables, le atino, el improductivo de Rodrigo García Escalante, flamante legislador de AN.

En esta elección del próximo seis de junio, el linaje político ya está en marcha, allí tienen a los Galván en Xico, los Ramírez Arana en Paso de Ovejas, en Naolinco, con los Reyes Aguilar, en Misantla donde el alcalde saliente ambiciona heredarle el negocio a su yerno, en Tepatlaxco, donde la alcaldesa ambiciona heredarle el negocio a su esposo, Emiliano Zapata, donde se anhela dejar a la esposa y así infinidad de vivientes y viles ejemplos

El valemadrismo de muchos de estos nefastos personajes es tal, que allí tenemos el ejemplo de Miguel Ángel Yunes Márquez, cuando, sin mayor pudor, al pretender suceder en el cargo a su señor padre rechazó tener privilegios y, dejando la vergüenza de lado, se describió a sí mismo como “una nueva generación de personas honestas, íntegras, que, con ideas modernas e innovadoras, van a sacar adelante al país”.

Por favor, eso sí es cinismo, no chingaderas.

En Veracruz los imperios tienen su reinvención ya que el sistema político mexicano permite a alcaldes, senadores, diputados, tanto locales como federales, gobernadores y dirigentes partidistas imponer a sus hijos y parientes como candidatos aun cuando ellos no han dejado el cargo por lo tienen todas las ventajas que da un presupuesto público.

El primer día del 2022, en Veracruz, serán decenas de personajes los que habrán de recibir de manos de un familiar el cargo a ejercer, un buen tanto por ciento de municipios veracruzanos serán gobernados por las mismas familias, en pocas palabras el chiquero será el mismo, solo habrá de cambiar el marrano.

En la entidad, como en muchos otros estados, persiste un sistema oligárquico, se pasan el centro de mando entre sí.

Pobre Veracruz.

Pobre México.