Ciudad de México, 26 de enero de 2021.- Uno de los debates favoritos en el mundo del fútbol en México. A lo largo del tiempo, y con el crecimiento económico de la Liga MX que permite a los clubes atraer a jugadores o entrenadores con experiencia en Europa, como es el caso de Santiago Solari en el América, la misma pregunta siempre regresa. ¿Damos pasos en dirección a un mejor nivel? ¿Estamos recortando distancias con el fútbol europeo?

Los datos que analizaremos nos permiten establecer las diferencias que hay a nivel de juego en comparación a las grandes ligas europeas.

La velocidad del juego

Analizando datos de la temporada 2017-2018, el promedio de veces que un jugador recibe el balón en México es de 42 veces a lo largo de un partido de 90 minutos. En Europa esta cifra sube a 49 posesiones por cada 90 minutos.

A esto hay que sumarlo que en México el tiempo de un equipo con el balón es de 6,6% menos que en Europa, y se hacen un 12,5% menos de pases que en el Viejo Continente.

Esto significa que, primero que nada, el ritmo de juego en México es más lento que en Europa (y no solo cuando hablamos de fútbol), esto lo podrás experimentar cada semana al ver que, en nuestro país, los jugadores tienden a tener más tiempo para pensar sus acciones, o realizan más toques antes de pasar la pelota. Y uno de los motivos principales de que los equipos tengan menos tiempo el balón en sus pies que en Europa es que acá hay más tiempos muertos durante el partido, ya sea por pérdidas de tiempo de un equipo, o por el tiempo que se pierde a la hora de reiniciar las jugadas después de un saque de puerta o saque de manos.

Los datos entonces corroboran las palabras de Paolo Goltz, antiguo jugador del América.

El estilo de juego

En el fútbol mexicano, los equipos con mayor posesión en los partidos tienden a crear menos chances de gol en comparación a los equipos europeos. Esto es algo que se refleja en diferentes plataformas de apuestas deportivas de la Liga MX ya que los equipos con un estilo de juego más directo como los Tigres, León o Monterrey están mejor posicionados en el ranking de favoritos.

Esto se debe a que hay factores propios al nivel interno de una misma liga europea que altera estas conclusiones. Básicamente, en las grandes ligas europeas, existe un grupo de ‘superclubes’ que dominan abusivamente en sus respectivos campeonatos. Estos clubes grandes (dígase Real Madrid, Barcelona, Liverpool, PSG u otro) se crean un gran número de chances de gol en sus partidos y dominan la posesión de sus juegos. El hecho de crearse más ocasiones iría más por el lado de que son mucho mejores que la mayoría de sus oponentes, más de que su estilo de juego basado en la posesión sea más efectivo.

En México, la Liga MX es un torneo con mucha más paridad entre clubes. No existe un grupo de ‘superclubes’ que dominan sobre el resto. La brecha entre el mejor club y el peor de la liga es mucho menor que en Europa.

Posicionamiento de los jugadores

Y finalmente, el posicionamiento de los jugadores en el campo.

Cuando se observa el posicionamiento promedio de los jugadores en la Liga MX, se observa que los entrenadores suelen dejar mucha libertad a los jugadores de ataque. Los extremos (o carrileros) tienden a recorrer el campo de fuera hacia dentro, buscando llegar a posiciones favorables a través gambetas y fintas. Esto hace que dejen mucho espacio en las bandas.

Al mismo tiempo, los defensores laterales son mucho más estáticos y no se incorporan mucho al ataque. Esto hace que el espacio en bandas liberado por los atacantes se quede vacío, y entonces los equipos en México atacan con menos amplitud.

En Europa, el fútbol se entiende de forma más compacta. Los jugadores se mueven en bloque y los laterales suben hasta el área rival cuando su equipo ataca. Esto es lo que te permite el juego de posesión. Subir con más jugadores al área rival y ‘acampar’ al borde del área.

La falta de amplitud y de estructura en México podría ser el factor determinante que explica por qué el juego de posesión es menos efectivo a la hora de crear chances, y se prefiera un estilo de juego más directo y que repose en contraataques.