De lo peor que ha dado la política veracruzana.

Un sujeto traicionero, arribista, sobrado y padeciendo una serie de complejos que no lo dejan ni a solo ni a sombra.

Un tipo protagónico, producto de sus frustraciones, siempre busca la forma de llamar la atención, lo suyo es el teatro, el escenario nunca la actitud propositiva encaminada hacia el bien común.

Sin calidad moral para lanzar criticas sin ton, ni son, solo busca las luminarias, este amorfo personaje está cierto que sus tiempos en la política han quedado atrás, ni pizca de posibilidades tiene de regresar a los escenarios políticos estatales.

El ex alcalde es más conocido por sus actos alevosos y traicioneros que por su trabajo en favor de la colectividad, quienes le conocen aseguran que Escobar Pérez es un tipo sin escrúpulos, insensato y gandul.

Pocos, por no decir ninguno, son los que realmente lo consideran su AMIGO, así con mayúsculas, el grosor de sus amistades lo consideran “un conocido” y párele de contar.

Quienes aún lo recuerdan son los trabajadores del ayuntamiento xalapeño, mismos que a su decir los defraudó, al hacer tratos en lo obscurito con la Financiera Coofia, tratos de los cuales cientos de trabajadores salieron perjudicados en lo que fue la caja de ahorros, beneficiando el amorfo personaje a los socios de dicha financiera.

Solapado por Fidel Herrera, Escobar Pérez, jamás prestó atención a los trabajadores afectados por lo que tuvieron que salir a las calles a manifestarse exigiendo justicia.

Lo curioso es que Coofia, de entrada, no tenía su documentación en regla, no contaba con permisos y evadía el fisco, de todo lo anterior hasta el mismo Herrera Beltrán tenía conocimiento y aun así consintió el comportamiento del ex alcalde.

Como secretario de Gobierno, encargado de la política interna del estado, los grupos sociales lo señalaron de actuar de manera corrupta, de fomentar la podredumbre y reprimir a los líderes sociales los cuales, en caso de no ceder a sus mandatos, actuaba de manera autoritaria hacia ellos, aplicando la ley del garrote.

Como titular de la Procuraduría General del Estado, hoy Fiscalía, su desempeño fue muy seriamente cuestionado y de igual forma, como de secretario de Gobierno, el secreto a voces que circulaba como reguero de pólvora, era que tenía presuntos nexos con las bandas del crimen organizado.

Siendo alcalde, los rumores siempre circularon en el sentido de que convirtió a la capital del estado en el paraíso del vicio y la prostitución.

Y que, según cifras dadas a conocer en ese entonces, en su administración, vieron la luz algo así como mil 100 lupanares, todos debidamente, todos, se señala, con bastante amplios, sin restricciones.

Resaltar la situación financiera en que dejó el cabildo xalapeño, es cuestión de no acabar, sus allegados precisan que es un tema de total corrupción, enriquecimiento y fortunas mal habidas.

Sobra decir que Escobar Pérez hizo su aparición la política estatal con una mano atrás y otra adelante.

No se dude que entre Herrera Beltrán y Escobar Pérez pudo haber existido algún tipo de amasiato de intereses, pactos o maridaje, situación que indudablemente los obligaba a envolverse solidariamente con la túnica de la impunidad.

Reynaldo Escobar, como alcalde Xalapa y secretario de Gobierno hizo de las suyas, pero eso no es todo actualmente, sus incondicionales aseguran que es de los nuevos millonarios de Veracruz.

Usted les cree, nosotros también.

Provecho.