El presidente López Obrador y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, sostuvieron una discreta reunión en Palacio Nacional.

Después de meses de jaloneos y de declaraciones ásperas de ida y vuelta, decidieron darle una oportunidad a la política.

El primer logro es que pudieron reestablecer el diálogo que se había interrumpido.

Aunque hay una agenda abultada, tocaron los temas más urgentes, a saber, seguridad y salud. Después del asesinato del ex gobernador Sandoval y el repunte de los contagios de Covid-19, son apartados obligados, que requieren atención inmediata.

Otros temas, como la repartición de los recursos fiscales, no se borran, pero tendrán que esperar su turno.

Recuperado el diálogo las posibilidades de solución aumentan.   |   Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.