En unos días se cumplirán 8 meses desde aquella primera vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que “ya estamos viendo la luz al final del túnel” de la pandemia por coronavirus. En aquel mensaje a los mexicanos del 25 de abril, el mandatario dijo: “Habrá un rápido retorno a la normalidad económica”. Sí, la actividad volvió (no tan rápido), pero se desplomará nuevamente por el retorno al confinamiento en gran parte del país luego de que los contagios se dispararon otra vez. Nos comentan que, con todo y su resistencia a cambiar el color del semáforo epidemiológico, el subsecretario Hugo López-Gatell tuvo que revivir el “intrascendente” criterio por colores debido a que ya era inminente otro golpe más grande a la imagen de su jefe: la de los hospitales desbordados. Con gente deambulando por las calles en busca de lugares para ser atendidos, se desplomó aquel ejemplo que López Obrador siempre esgrimió para decir que en México no estábamos tan mal como en Europa: que aquí no se desbordaban los servicios de emergencia. Al parecer, más de 116 mil muertos no son un fracaso para el gobierno y su estrategia, pero que el líder sea rebatido por la realidad… ese sí es un escenario catastrófico. Publica «Bajo Reserva» de El Universal