Durante algunos años, organismos como ASERCA y ProMéxico, dependientes de la entonces SAGARPA y la Secretaría de Economía, respectivamente, se dedicaron a promover vínculos comerciales entre los productores mexicanos y los compradores y consumidores a nivel mundial; de entre el universo de todos los productos elaborados en nuestro país, promotores y consumidores siempre reconocieron que los productos agroalimentarios veracruzanos tenían un importante nicho de mercado, incluso, hasta ahora poco explorado, en los países del cercano y lejano Oriente,

Uno de los elementos que nos permiten afirmar lo anterior es que hay productos que son de uso tradicional en la cocina árabe y que Veracruz los produce, como la pimienta, pero requieren mayor promoción, certificaciones tipo Kosher y Halal y, sobre todo, la guía, orientación y confianza de las autoridades actuales, quienes, a mi parecer, han sido omisas en no valorar productos con amplio potencial por dar énfasis a los que tienen mercados consolidados.

ProMéxico organizaba eventos sectoriales como las Ferias de Exportaciones e Importaciones, y ASERCA, la México Alimentaria: Food Show, evento de carácter multisectorial donde los productores mexicanos tenía la oportunidad de mostrar a los compradores de prácticamente todo el mundo, la calidad de lo que elaboran, generando negocios millonarios tanto para el país, como para el sector.

Desafortunadamente, la administración actual no piensa de la misma manera, y desde 2019, desapareció ProMéxico, y redujo las operaciones de ASERCA a meramente, atender las coberturas agrícolas, por lo que la promoción a las exportaciones de los productos agroalimentarios mexicanos se ha rezagado irremediablemente.

Dicen que las crisis generan áreas de oportunidad, actualmente hay muchas de ellas para los productos veracruzanos, sobre todo en países de Medio Oriente, en el caso de Veracruz les interesan los agroalimentarios, sin embargo, también hay un nicho abierto para los productos procesados y las manufacturas.

Indudablemente, nuestro estado tiene un inmenso potencial productivo en cada una de sus regiones, por ejemplo, en el norte, en Pánuco, la producción de cítricos y su agroindustria de  jugos y concentrados, en la zona de  Martínez de la Torre está el limón persa, que es el principal producto que exportable de  Veracruz, los jugos y concentrados de naranja y cítricos, cerca de ahí, en la zona del Totonacapan, la se produce la mejor vainilla del mundo, y, de algún tiempo a la fecha,  la pimienta.

El café, producto de exportación con denominación de origen, y que se envía (aunque no como quisiéramos) a mercados nacionales e internacionales,  tanto verde como procesado, e industrializado en las zona de Córdoba—Orizaba, Huatusco y Coatepec; el azúcar, principal producto agroindustrial veracruzano, resultado de poseer la mayor superficie de Caña sembrada en el país;  en el sur de la entidad, en las zona de Isla y la Cuenca del Papaloapan destaca la producción de piña MD2 o piña miel; en los Tuxtlas puros y tabaco y al sureste, la producción de coco en los municipios de Agua Dulce y Las Choapas.

Veracruz, como podemos apreciar, presenta una enorme diversidad de productos; es un estado como pocos que tiene una diversidad extrema; hay estados que concentran una cantidad limitada de productos, pero la gran diversidad geográfica industrial de Veracruz permite que su panorama de productos sea inmenso.

La pregunta obligada aquí es… ¿porqué no logramos despegar como exportadores? Y la respuesta es simple: producimos mucho, pero con poca calidad, nos falta entender el valor de una certificación, así como aprender a dar valor agregado a lo que producimos, si los productores entendieran estos temas, si la autoridad dejara de inventar logros no conseguidos y juntos, trabajaran en estos temas, más la promoción y competitividad, Veracruz sería el gigante exportador de México.

Desafortunadamente, las autoridades actuales y pasadas se envuelven en el oropel del falso elogio y el halago, pierden el piso con una facilidad pasmosa, manipulan cifras y se cuelgan de logros ajenos. Presumen apoyos inexistentes, engañan y mienten incluso, ante los diputados, que, dicho sea de paso, dan vergüenza en sus planteamientos.

Hoy en día solo las alianzas privadas, la altura de miras al voltear a los mercados exteriores, y, sobre todo, la voluntad de algunos emprendedores y valientes productores, podrán lograr que la agroindustria veracruzana se mantenga e incluso, con crezca. Es tiempo de hacer a un lado a las patéticas autoridades que tenemos y trabajar juntos. Es nuestra última oportunidad.