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La Unión Europea (UE) cuestionó este viernes la “voluntad” de China de atenerse a sus compromisos legales internacionales en Hong Kong al haber aprobado la Asamblea Nacional Popular (ANP), el órgano legislativo chino, la controvertida ley de seguridad nacional para la ciudad semiautónoma.

El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, emitió una declaración en nombre de los Veintisiete en la que expresa su “grave preocupación” por los pasos dados por China, al término de una reunión por videoconferencia de los ministros comunitarios de Exteriores en la que se abordó de manera informal la relación con China.

Según Borrell, esas medidas emprendidas por Beijing “no están en conformidad con sus compromisos internacionales”, en concreto con la declaración conjunta sino-británica de 1984 -registrada con Naciones Unidas como un tratado jurídicamente vinculante-, y tampoco con la Ley Básica de Hong Kong.

El proyecto de ley aprobado en Beijing pretende prohibir “cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión” contra el Gobierno central, además del “robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras”.

Para Borrell, se corre el “riesgo de socavar gravemente el principio de ‘un país, dos sistemas’, y el grado de autonomía de la Región Administrativa Especial de Hong Kong”.

“Las relaciones de la UE con China se basan en el respeto mutuo y la confianza. Esta decisión pone más en cuestión la voluntad de China de mantener sus compromisos internacionales. Abordaremos esta cuestión en nuestro diálogo continuo con China”, recalcó.

Agentes de la policía antidisturbios detienen a un manifestante antigubernamental durante unas protestas que tuvieron lugar en el Distrito Central en Hong Kong, China, el 27 de mayo de 2020. REUTERS/Tyrone Siu

En una rueda de prensa posterior a la videoconferencia, el jefe de la diplomacia comunitaria dijo que seguirán “intentando poner presión sobre las autoridades chinas para que sean conscientes de que esta cuestión afecta a la manera en que abordamos asuntos de interés común”.

Según explicó, la reunión telemática de hoy sirvió para que los Estados miembros expusieran sus posiciones sobre la relación con China, que es tanto un “aliado” como un “rival sistémico” con el que mantienen una “compleja relación que no se puede reducir a una sola dimensión”.

Borrell comentó que “solo un país” hizo referencia a la posibilidad de imponer sanciones a Beijing por su comportamiento, aunque destacó que en su opinión no “son la manera de resolver nuestros problemas con China”.

Necesitamos una política basada en nuestros intereses y nuestros principios”, comentó, al tiempo que dejó claro que la cita de hoy era una toma de contacto y no pretendía elaborar un documento con una nueva estrategia.

Recordó que la comunicación sobre China elaborada el año pasado por la UE contiene “parámetros clave que siguen válidos”, si bien ahora hay que implementarlos “teniendo en cuenta las últimas tendencias”, como el papel “más asertivo” de la diplomacia china tras la pandemia, los desequilibrios entre las dos partes o incluso la situación de Hong Kong.

Preguntado por si los últimos acontecimientos pueden hacer peligrar la celebración de una cumbre UE-China presencial prevista en Leipzig (Alemania) en septiembre, Borrell respondió que la cita “sigue en la agenda”, y que “si las circunstancias en relación con la pandemia lo permiten, se va a celebrar”.