Crónica

La «confusión» o negligencia en el manejo de cadáveres dentro de la Clínica 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llevó al cuerpo de Pedro Hernández Ávila, de 61 años de edad, a un crematorio sin el consentimiento de su familia.

Hijos y hermana del Pedro recibieron el pasado jueves, a las 16:30 horas una llamada del área de trabajo social para solicitarles la identificación oficial (INE) de su familiar, al llegar a la Clínica 8 del IMSS, los familiares fueron informados de que el paciente había fallecido. El tiempo transcurrió en trámites sin que los hijos de quien fuera taxista tuvieran posibilidad de reconocer el cuerpo de su padre.

Mientras se dirigían a una funeraria que les brindara el servicio de traslado del cuerpo, este viernes, a las 10:30 horas fue recibida otra llamada al celular de uno de los hijos. Les informaban desde el IMSS que Pedro Hernández Ávila acababa de morir.

La familia advirtió que no era posible dar el reporte de fallecimiento de la misma persona en dos días distintos, con más de 18 horas de diferencia.

Al llegar al Eje 10, en la alcaldía Álvaro Obregón, donde se ubica la clínica del Seguro Social, le informaron a la familia Hernández Ávila que les entregarían las cenizas de Pedro, situación a la que se negaron por no haber dado el consentimiento de la cremación y no tener la certeza de que en esa urna estaban los restos del familiar.

Ante la falta de información «congruente», familiares de Pedro Hernández Ávila decidieron bloquear la vialidad en demanda una respuesta que les diera certeza qué había ocurrido con el cuerpo de Pedro Ávila.

En entrevista con Crónica, Guadalupe Hernández Ávila, hermana de Pedro, explicó que su pariente fue ingresado el pasado sábado luego de expresarles sentirse mal.

Pedro, quien era taxista, tenía un historial clínico en dos hospitales del IMSS, entre ellos la Clínica 8, donde era atendido por un tumor en el abdomen.

La hermana indica que, tras ser hospitalizado, la familia fue informada que posiblemente se trataba de una neumonía, pero que no se le podía suministrar medicamento hasta que se descartara, primero, la posibilidad de que fuera COVID-19.

«El pasado miércoles nos informan que ya le tenían que dar medicamentos, porque los resultados de la prueba para COVID-19 no llegaba. Para el jueves nos dicen que falleció por un infarto, para el viernes que acababa de fallecer y en el acta de defunción dicen que es neumonía, posible COVID-19. Al reclamar el cuerpo, nos informan que fue cremado, y nosotros no dimos nuestro consentimiento», señala Guadalupe Hernández Ávila vía telefónica.

Al respecto, el IMSS emitió una tarjeta informativa en la que indica: «Con relación a los hechos sucedidos en el Hospital General de Zona No. 8 “Dr. Gilberto Flores Izquierdo”, donde se presentó una confusión en la gestión para disposición final de un cadáver, la Oficina de Representación del IMSS Ciudad de México Sur informa que directivos de la Oficina de Representación han mantenido contacto y atención con las familias afectadas, a fin de brindar certeza jurídica y apoyo en la conclusión de trámites.

Autoridades del Instituto ofrecieron disculpas a los deudos y se comprometieron a iniciar una investigación interna para deslindar responsabilidades. Los familiares solicitaron que se les tome la prueba COVID-19 a los que estuvieron en contacto con el fallecido, como medida preventiva y se les realizará ésta».

Señaló que el instituto está comprometido en el respeto por la dignidad humana, en el tratamiento de los cadáveres y con los deudos, y refrenda su compromiso con la seguridad de sus pacientes y familiares.

Al cierre de esta edición, los aproximadamente 20 familiares de Pedro que se manifestaron afuera de la Clínica 8 desbloquearon el Eje 10. «Estamos muy cansados. Y aun lo que nos falta, pues no recibiremos ninguna urna con cenizas de un cuerpo que no pedimos, no manifestamos al personal médico, que fuera cremado».