La actual pandemia que enfrenta el mundo, afecta, tanto al sector salud como al sector económico. Es algo que debemos tomar con seriedad y fortaleza, por lo que México tiene un panorama difícil: nuestro sistema de salud sobrevive con severas precariedades, tenemos 1.4 camas de hospital por cada mil habitantes.

En días pasados la calificadora estadounidense Moody’s publicó una actualización sobre sus proyecciones de crecimiento, donde estima que la economía mexicana se contraerá siete por ciento debido a la crisis económica ocasionada por esta pandemia.

Son dos razones las que convierten a nuestro país en uno vulnerable ante la crisis económica y sanitaria: la débil respuesta política del gobierno y nuestra dependencia de la economía estadounidense.

Por otro lado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), encargado de medir la pobreza en México y evaluar programas sociales del Gobierno Federal, advirtió que el número de pobres por ingreso podría aumentar debido a la crisis sanitaria producida por el Covid-19.

El impacto económico del coronavirus en nuestro país podría aumentar la pobreza por ingresos entre 7.2 y 7.9 por ciento. Esto significa que entre 8.9 y 9.8 millones de personas se sumarán a la población con recursos insuficientes para adquirir una canasta alimentaria básica, sin mencionar el pago de servicios.

El porcentaje de pobres por ingreso en México podría pasar de 48.8 por ciento en 2018 a 56 por ciento este año en el mejor de los escenarios, y a 56.7 por ciento en el peor de ellos.

El Coneval también estima que la pérdida de empleos traerá como consecuencia, además de la disminución en los ingresos, la pérdida de las prestaciones laborales que brinda el trabajo formal.

Las personas más vulnerables en este sentido son las que se encuentran ocupadas en trabajos subordinados, por cuenta propia, en los sectores más afectados y los ocupados sin seguro de desempleo.