Sin sus aires de grandeza, con el orgullo pisoteado y la soberbia olvidada, así se apareció ante los medios de comunicación el día de ayer Verónica Aguilera Tapia. Dice la doña que es honesta e incorruptible. Ajá. Ya se verá que dice el Orfis y no duden que Pacho Viejo la espere con los brazos abiertos.