El que traiciona una vez, traiciona dos veces… Lo único que exhibió ayer el «diputado mariachi» es que es un tipo que no sabe de convicciones, lealtades, ni política. Sólo confirmó lo que todo mundo decía: «que es un niñote berrinchudo, malcriado y arrebatado». Ni modo, ya lo sentencia la máxima: «lo que naturaleza no da, Salamanca no otorga».