Están muy de moda los 70 en la 4T, así que el Partido del Trabajo decidió emprender aquel proceso de dejar atrás la vida de penurias económicas para acostumbrarse a administrar la abundancia (en prerrogativas y otros dineros públicos). En estos días la otrora vacía sede nacional petista luce portones macizos nuevos, dos pisos más y reuniones bastante festivas cada semana. ¡Ah, qué vida esa la de la abundancia! Y los autos, ¡qué chulos! Nada mal para un partido que estaba prácticamente desaparecido hace unos años. Relata «Pepe Grillo» en Crónica