¿Y cuál es el problema? El asunto es que al Ayuntamiento de Córdoba arribaron empresas como Televisa, que sí cumplen con los requisitos y ahora los van a contratar, así como a varios medios de comunicación «grandes» y ya no tanto por el impacto que generen, sino por el temor a que golpeen a la mediocre Leticia López Landero. Hasta el momento nadie entiende por qué Martha Marañón no quiere a la prensa local, quizá porque quiere ver perder al hijo de la alcaldesa el próximo año.