* La actriz y cantante fue dependiente al alcohol y las pastillas para adelgazar durante años

 

QUIEN

 

Lo último que se supo de Jessica Simpson fue en marzo de 2019, cuando la actriz dio a conocer el nacimiento de su tercera hija, Birdie Mae Johnson.

En este tiempo “desaparecida”, la estrella estuvo dedicada no sólo a su familia, sino también a la redacción de su libro de memorias llamado Open Book en el que la estrella de Los duques de Hazzard hace unas desgarradoras confesiones.

En el texto, que saldrá a la venta el 4 de febrero, la también cantante y diseñadora revela que durante un tiempo fue adicta a las pastillas y el alcohol y que esa adicción por poco y le cuesta la vida. “Me estaba matando con toda la bebida y las pastillas”, revela Jessica Simpson en un fragmento de su libro que compartió con la revista People.

Lo más terrible de sus revelaciones es que su adicción ocurrió cuando ya habían nacido sus hijos mayores Ace Knute y Maxwell Drew. De hecho, la actriz cuenta que en 2017 estuvo a punto de tocar fondo y fue entonces cuando buscó un tratamiento para volver a estar sobria.

“Dejarlo fue la parte sencilla. Estaba furiosa con la botella. Me enojaba cómo me permitía permanecer complaciente y entumecida”.

Según explica Jessica Simpson en su libro, la razón de sus adicciones quizá se deban al trauma que le causaron los abusos sexuales que empezó a sufrir desde los seis años por parte de un amigo de su familia.

«Me acuerdo de que estaba durmiendo en la misma cama que mi amiga (la hija del presunto abusador) y empecé a sentir cosquillas por la espalda. Y después todo derivó en cosas que me hicieron sentir extremadamente incómoda. Quería contárselo a mis padres, pero no podía evitar sentirme avergonzada y equivocada, aunque fuera la víctima», señala.

En cuanto a su adicción a las pastillas, Jessica Simpson asegura que en parte se debe a Tommy Mottola.

“En mi cumpleaños 17 viajé a Nueva York para tener varias juntas con distintas disqueras. Canté ‘Amazing Grace’ para Tommy Mottola en Columbia (Records) y él me quiso contratar. Pero luego dijo: ‘Tienes que bajar 15 libras ( )”.

De inmediato “me puse a una dieta extremadamente estricta y empecé a tomar pastillas para adelgazar, que seguí consumiendo por los siguientes 20 años. Cuando finalmente dije: ‘Necesito ayuda’ fue como si yo fuera esa niña pequeña que encontró de nuevo su llamado en la vida. Encontré la dirección y esa fue la de hablar de frente sin miedo”.