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Se les ocurrió que podía ser una buena broma, y por ello consiguieron un buen paquete de mariguana y lo pusieron en el botafumeiro de la Catedral de Santiago de Compostela en Galicia, España. Los feligreses, que acudieron el 6 de enero para celebrar la Epifanía del Señor, percibieron un olor diferente, un olor que, sumado al incienso, se confundía.

Alguien dijo que así olía el cuarto de su hijo. Finalmente se supo que dos monaguillos confesaron: «Fue una broma que se nos ocurrió durante el cotillón de Nochevieja, compramos medio kilo de maría (mariguana) y lo metimos dentro del botafumeiro, seguro que la gente ha salido de la Catedral más contenta que nunca»; eso júrenlo.

Seguramente muchos de los asistentes a la misa de la Epifanía sintieron la presencia del Señor como nunca antes. Los monaguillos fueron detenidos, pero liberados después de que confesaran. A ver si al rato no los andan buscando para que consigan más de la “colorada”, que dicen es la que te hacer ver a la Virgen en el Tepeyac.